Msc. Jorge A. Acuña Prado
Alcalde Municipal
Estudios:
Maestría en Gerencia de Proyectos.
Licenciado en Comercio Exterior.
Licenciado en Administración de aduanas.
Bachillerato en Derecho.
Estudios en implementación de tecnologías en el desarrollo de empresas (INTI, Argentina)
Estudios en sistemas de desarrollo económico (MASHAV, Israel).
Certificación (Lean-Six Sigma) Liderazgo en alta dirección.
Certificación (BPM) Gestión de procesos en organizaciones.
Experiencia laboral:
15 años en sector privado y público.
Desarrollo de proyectos en gestión pública.
Activista medio ambiente y desarrollo de Pymes.
Profesor universitario.
Licda. Alejandra Arce Zárate
Vice Alcaldesa
Estudios:
Licenciatura en Contaduría Pública.
Bachiller en Educación Media.
Estudios en Liderazgo ejecutivo y facilitador de relaciones humanas
(CCI América Latina)-(INCAE Business School).
Estudios financieros (Crown Ministries)
Técnico Medio en Contabilidad.
Experiencia Laboral:
Contabilidades a diferentes empresas e instituciones privadas.
Administración de condominios.
Ejecución y liquidación presupuestaria a juntas de educación y administrativas.
Administración de empresas privadas e instituciones sin fines de lucro.
Sr. Vladimir Méndez Álvarez
Vice Alcalde II
Estudios:
Estudios Universitarios en UNED y Criminología en el CUC.
Experiencia Laboral:
Comerciante en Cenada con 19 años experiencia en venta de tecnología celular y electrodomésticos.
Constructora de casas y dedicada a bienes raíces.
Amante del Atletismo.
Amante de su familia con más de 20 años de matrimonio y 2 preciosas hijas.
Historia del Cantón de Barva
El territorio que hoy corresponde al cantón Barva formó parte del reino huetar de Occidente.
El cacique Barva tenía su asentamiento, cuyo nombre se extendió a la región comprendida entre el río Virilla y los montes del Aguacate, que se denominó Valle de Barva.
Se tiene conocimiento, en un documento de 1569, que los pobladores del valle eran los indios llamados catapas, tices y paticas que vivían pobremente, cultivando pequeñas parcelas cuyos productos aprovechaban para subsistir.
Los conquistadores españoles tenían la costumbre de distribuir terrenos e indios entre sus compañeros de empresas. No obstante que la Corona de España había prohibido esta funesta práctica, el gobernador don Perafán de Ribera, en 1569 hizo el repartimiento general de indios y tierras de la provincia; entregando los nativos de Barva a Juan Romo y Simón Sánchez, correspondiéndoles 400 al primero y 100 al segundo.
La primera iglesia de Barva pudo haber sido construida entre 1568 y 1575, en honor a San Bartolomé, y se encuentra ubicada donde existió un cementerio indígena. Durante un período no determinado se sabe que la iglesia honró a la Virgen de la Asunción, y no fue hasta 1888 que se volvió a honrar a San Bartolomé.
La primera mención que se hace de Barva es en los protocolos de Cartago de 1606, en donde aparece don Leandro de Figueroa como Corregidor de Barva. Para 1613 se funda la población con el nombre de San Bartolomé de Barva.
A raíz de la apertura del Camino de Mulas, en 1601, que se utilizó principalmente, para el comercio de esos animales en las Ferias de Portobelo, en Panamá; en el sector Occidental del Valle Central, del territorio de Costa Rica, se establecieron potreros para los mismos. En tal forma, para 1662, se conoce la existencia de una zona de descanso de mulas en Barva.
Como consecuencia de la segregación que se le hizo a Barva de los poblados de Cot, Quircot y Tobosi, en 1613 se establece un convento es ente lugar con su doctrinero franciscano. Se considera que a partir de este año, se fundó la población que se denominó San Bartolomé de Barva.
Fue tal el progreso que experimentó este poblado que para 1693 era una de las comunidades que más impuesto pagaba, ya que contaba con 53 familias. Seis años después tenía 575 habitantes. En el censo de 1709 aparece con 641 personas y en el que se realizó dos años más tarde, 161 familias, en su mayoría indígenas.
En un informe remitido al rey de España don Carlos III en 1752, se indicaba que el pueblo Barva estaba a unos 1.200 metros al norte de Cubujuquí que se les declarara a su población villa, los indios de Barva protestaron ante la Real Audiencia de Guatemala.
El gobernador don Miguel Gómez de Lara, en los años de 1681 a 1693 hizo edificar una iglesia de adobes. Los doctrineros franciscanos que estuvieron en Barva a principios del siglo XVIII, fueron los frailes Fernando Ortiz, Antonio Agüero y Francisco Guidiño. El terremoto de 15 de febrero de 1772 derrumbó el convento de Barva, dejando en mal estado la iglesia; los cuales fueron restablecidos a inicios del siglo XIX. La antigua iglesia de Barva de gruesas paredes de adobe, estuvo situada al costado noroeste del actual templo; la cual quedó totalmente en ruinas con el terremoto del 30 de diciembre de 1888. La presente parroquia está ubicada en el sitio donde según parece existió en época muy antigua un cementerio indígena, ya que se han extraído numerosos objetos fabricados por los indios.
La construcción del nuevo templo parroquial, se inició con la colocación de la primera piedra, el 9 de febrero de 1867, realizada por Monseñor don Joaquín Anselmo Llorente Lafuente, primer obispo de Costa Rica. Obra que fue consagrada el 11 de agosto de 1891 por Monseñor Bernardo Augusto Thiel Hoffman, segundo Obispo de Costa Rica. La iglesia de Barva desde su fundación fue dedicada en honor a San Bartolomé. Años más tarde los vecinos en cabildo abierto eligieron por patrona a la Virgen de la Asunción, pero después del terremoto de 1888, San Bartolomé fue restaurado como patrono del cantón.
La Parroquia se erigió en 1793; la cual actualmente es sufragánea de la Arquidiócesis de San José, de la Provincia Eclesiástica de Costa Rica.
El primer Ayuntamiento de Barva se instaló el 7 de agosto de 1820, compuesto por los siguientes regidores, señores Gabriel Ugalde, Bernardo Rodríguez, francisco Guevara y José Bermúdez; el secretario Municipal fue don Joaquín Solera.
En reunión celebrada por el Ayuntamiento el 11 de septiembre de 1820, se acordó fundar la primera escuela del lugar; siendo su primer maestro don Gabriel Ugalde, luego doña Florencia Gutiérrez en 1830, así como los señores Pío Murillo y Manuel Chaves en 1850. Tiempo después, por empeño de numerosos vecinos se consiguió un local frente a la plaza.
En la administración de nuestro primer Jefe de Estado, don Juan Mora Fernández, el 11 de noviembre de 1824, en la ley No. 30 se le otorgó el título de Villa a la población de Asunción de Barva. Posteriormente, el 24 de julio de 1918, en el gobierno de don Federico Tinoco Granados, se promulgó la ley No. 28 que le confirió a la villa la categoría de Ciudad.
La Municipalidad de Barva en 1850, acordó abrir calles de doce varas de ancho, por todos los lados de las cinco manzanas contiguas a la plaza. Ocho años después, se procedió al empedrado de algunas de las calle de la villa, gracias a la constancia del Jefe Político, don Cleto González Pérez, padre del ex presidente de la República don Cleto González Víquez. La Construcción de la acera de piedra labrada que rodea la plaza pública, se inició en 1913.
La cañería se empezó a construir durante la segunda administración de don Rafael Yglesias Castro (1898-1902), concluyéndose en el primer gobierno de don Cleto González Víquez (1906 – 1910), con aguas provenientes de las fuentes del río de la Hoja.
El terremoto del 30 de diciembre de 1888 destruyó la Antigua Iglesia Parroquial.
El nuevo edificio escolar se inauguró el 21 de septiembre de 1952, en la administración de don Otilio Ulate Blanco. El Liceo Rodrigo Hernández Vargas, inició sus actividades educativas en marzo de 1972, en el segundo gobierno de don José Figueres Ferrer.
Somos una Municipalidad comprometida con el uso racional, transparente y eficaz de los recursos municipales, con la mejora continua de los servicios que presta, a la vez orientada por un enfoque estratégico del desarrollo cantonal, en armonía con el medio ambiente que permita la participación ciudadana en la atención de los asuntos locales, y la mejora de la calidad de vida de la ciudadanía barveña.
Ser una corporación municipal orientada al mejoramiento continuo de los servicios que presta a sus contribuyentes, así como un Gobierno Local líder en la promoción del desarrollo humano local sostenible con perspectiva de género, en la protección de los recursos naturales y manifestaciones histórico culturales, garante de la participación ciudadana permanente en los asuntos de interés local.